dilluns, 8 de febrer del 2010

A propósito del desasosiego

Fernando Pessoa, en el Libro del desasosiego

133.
"...el mundo, basurero de fuerzas instintivas, que en todo caso brilla al sol con tonos paleteados de oro claro y oscuro.

Para mí, si lo pienso, pestes, tormentas, guerras, son productos de la misma fuerza ciega, operando unas veces a través de microbios inconscientes, otras a través de rayos y aguas inconscientes, otras a través de hombres inconscientes. Un terremoto y una masacre no tienen para mí más diferencia que la que hay entre asesinar con una navaja y asesinar con un puñal. El monstruo inmanente en las cosas tanto se sirve- para su bien o para su mal, que al parecer le son indiferentes- del remover de piedras en lo alto como del remover de celos o codicia en un corazón. Las piedras caen, y matan a un hombre; la codicia y los celos arman un brazo, y el brazo mata a un hombre. Así es el mundo, basurero de fuerzas instintivas, que sin embargo brilla al sol con tonos paleteados de oro claro y oscuro.

Para plantar cara a la brutalidad de la indiferencia, que constituye el fondo visible de las cosas, descubrieron los místicos que lo mejor era repudiar. Negar el mundo, separarse de él como de un pantano a cuya orilla nos encontráramos..."